Había sido testigo de lo inimaginable, de algo que pocos podían llegar a conseguir…
Él era dueño de sus sueños más profundos, controlaba la situación en cualquier ambiente, hacía y deshacía a su parecer, ese era su mundo, en el que podía encontrar la felicidad tan sólo con alargar la mano y concentrarse un poco.
En el mundo de los sueños, todo es igual a la realidad, ya que es el cerebro el que la percibe, todo es igual, pero de una manera muy distinta, tú controlas a tu parecer.
Si alguien viviera siempre en sus sueños viviría decepcionado a la hora de levantarse, ya que su realidad no se ajustaría a su modo de ver las cosas. De otro modo, si vives totalmente tu realidad como única y verdadera, los sueños de por la noche serán regalos de otro mundo, los cuales te permiten revelarte a los personajes que ellos incluyan, pero te enseñan el camino, te muestran por dónde debes andar para conseguir tus objetivos, para después, en la realidad verdadera, triunfar en tus propósitos.
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