jueves, 14 de marzo de 2013

Hablando conmigo mismo.

_¿Por qué quieres marcharte? ¿No tienes suficiente? ¡Tienes un coche, unos padres que te quieren, y vas a estudiar lo que te gusta! No te entendemos.
_Sé que no me entendéis, por eso me voy.

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Supongo que alguna vez fuiste joven y tuviste los mismos sueños y ansias de libertad que yo, pero no tuviste el valor para cumplirlos y hacerlos realidad.

_Libertad? Consideras que estás encerrado?

_Considero que el modo en que vivimos nos enjaula, encerrándonos cada vez en un vacío y una comodidad familiar y hogareña algo incómodas, inverosímiles para algunas personas.

_El problema es la familia?

_Supongo que los modelos familiares y culturales son los de épocas pasadas y por ello los papeles que tomamos como hijos y padres están demasiado arraigados en la sociedad actual, cada uno nos encerramos en la percepción universal de éxito, un hijo abogado, médico u astronauta, y un padre que traiga el dinero a casa cada mes para abastecer a todos, creo que algo debería cambiar en ello, ya que las personas cambian, y con ellas la sociedad en la que viven, si no cambiamos nosotros nuestra forma de vivir lo intentarán otros.

_Crees que los modelos culturales, familiares y sociales están desfasados en la época en que vivimos?

_Realmente creo que la elección de tu camino tendría que verse afectada tan sólo por uno mismo y sus facultades mentales y físicas, no veo razón por la que alguien deba ser discriminado por querer vivir de alguna manera en especial y no sea la típica, un trotamundos ahora es un perroflauta o un vagabundo, alguien que no sigue los pasos de la familia es la oveja negra, creo que todo viene del mismo problema de percepción y aceptación social, y es la ignorancia.

_A qué crees que puede deberse esa discriminación automática a quien no sigue los estándares establecidos por la sociedad de la época?

_He llegado a la conclusión de que se debe al miedo, dos tipos de miedos;
Un miedo al fracaso inicial y final, es una persona que quiere saber por dónde va a ser el recorrido en sus viajes, quiere saber dónde va a parar a descansar y dónde va a dormir, al igual que con cualquier otro ejemplo, esa persona no acepta alteraciones ni contratiempos de ningún tipo en su horario ni mucho menos en su camino, por ello ve impensable que otro ser humano siga el camino "no indicado", ya que "no va por el buen camino si no es el que te marcan".
Otro tipo de miedo es a lo "raro", a lo diferente, a lo no establecido, a lo que no se puede controlar, por ello discriminan a quien obvian ese miedo y creen que desatienden sus objetivos, se equivocan, son valientes, por elegir un modo de vida diferente, aceptar que su camino será difícil, pero que será diferente, y será único, porque será su camino y no el de otro.

Sergio.

martes, 5 de febrero de 2013

Soñadores encerrados en no-personas.

A veces me pregunto qué ha pasado con el mundo, qué ha pasado con las personas, si en vez de hacia adelante vamos hacia atrás.
En la actualidad nos maravillamos ante las obras de genios de la antigüedad, célebres músicos, inventores, librepensadores, pintores, filósofos, artistas, soñadores.
Personas que persiguieron sus sueños sin mirar a los demás, teniendo en cuenta tan sólo sus capacidades y su pensamiento crítico, artístico o científico. Ellos nos enseñaron el valor de las ideas, del trabajo y de la confianza en uno mismo.
Hoy ya nadie quiere a gente así, se mofan de sus habilidades o del destino de su futuro, no valoran 
la capacidad y la habilidad innata que hay dentro de cada uno de ellos, y que quiere explotar, salir por los aires, ser obra, magnificarse y hacerse tangible a través de sus dedos tocando un instrumento, a través de sus manos acariciando un lienzo, a través de un simple y banal papel, siendo la cuna de un invento.
Esta sociedad deshecha cualquier atisbo de luz en nuestras mentes, cualquier chispa de genialidad que aflore en nuestro subconsciente, y por ello, dejamos de ser las personas con pasiones que siempre hemos sido, intentamos atarlas, ponerles cerradura y tirar la llave.
Una pasión no se saca a pasear, es ella la que nos dice cuándo sale, y si va vestida de inspiración o no, ya que para un servidor, una gran obra se compone de pasión vestida de inspiración.
Una pasión hay que desatarla, hacer que vuele, que se haga fuerte, alimentarla y rodearla de todo el cariño que uno pueda, ya que cualquier momento de felicidad por ella será mil veces mejor que cualquier momento, pero una caída desde lo más alto siempre será más dura que cualquier otra caída.