sábado, 28 de mayo de 2011

Ese día.

Ese día todo sale a la luz, tu miedo, tu secreto, tus ganas, ese día crees que todo va a cambiar, que tu vida no volverá a ser la misma que siempre y que.. todos te mirarán de otra manera.
Creo que no es así, como alguien dijo, pase lo que pase hoy en tu vida, mañana volverá a amanecer.
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Hoy quiero hablar de la apariencia que mostramos de nosotros mismos, y lo que pueden pensar los demás.
En esta sociedad, las apariencias, lo son todo, hay muchos que dicen que no, que eso no va con ellos, todo va con todos, es así. Si te fijas por la calle, todo va conforme con la edad, y de con quien te rodees, los que te rodean irán modelandote, tú te irás adaptando, sin quererlo, para transformarte en algo que muchas veces no se es, y a partir de ese momento socialmente hablando serás quien los demás te crean que eres hasta que les hagas pensar lo contrario, tú, serás tus amigos, tú, serás lo que ellos hagan o tú, serás sus problemas, piensa bien con quien andas, no hablo de conveniencia claro que no, no hay que querer por el interés, ni pensarlo, pero siempre lo hacemos..

domingo, 22 de mayo de 2011

Hablar sin mirar.

Hola de nuevo.
Hoy me gustaría que imaginárais algo. Imaginad por un momento que todo estuviera oscuro, sí, somos ciegos, que pudieramos hablar con la gente sin miedo de pensar el porqué está hablando conmigo o no, nadie sería feo, nadie guapo, no habría famosos, no habría modelos, no habría idealizaciones que valieran..
El primer día sería una odisea, tanta gente con la que hablar, voces que nunca habías escuchado realmente su tono y su timbre, tan sólo las oías, pero sin conocer totalmente sus pensamientos, te fijabas en la superficie, en la cáscara que comprende a su persona, su ropa, su calzado, materialismo incomprensiblemente caro sólo por el hecho de tener ojos y poder juzgar al otro..
Me encantaría conocer a la persona que me quisiera por lo que soy y no por lo que tengo, por lo que puedo dar de sí y no por lo que llevo puesto, que no me juzgara, que me conociera como a la palma de su mano y aun me quisiera, que me hablara mirandome a los ojos y no a la ropa que llevo o a mi peinado.. Creo que todos encontraríamos a esa persona si hiciéramos eso, si alzáramos la vista hasta nuestros ojos, y sólo miráramos eso, unos ojos, ventanas hacia el mundo.

Llegados a este punto, todo sería como un cúmulo de conciencias y pensamientos, todo se dividiría y clasificaría en distintas clases de pensamientos que nos podrían gustar o no, quiero eso, hablar con los ojos cerrados, e intentar comprender lo que dice de verdad la otra persona, nos interesaríamos mucho más por los demás si cerráramos los ojos y ellos hicieran lo mismo con nosotros, podríamos ir con la tranquilidad de que no hace falta ser algo maravilloso por fuera para hablar con una bella mujer, con alguien que confiara en nosotros no por lo que mostramos por fuera, si no en nuestras confortantes palabras.

jueves, 5 de mayo de 2011

Hasta el fondo.

Buenas noches.
Hoy, quiero pedir perdón.
Cada vez que recuerdo lo que pasó algo en mi interior dice que soy mala persona, que no tuve escrúpulos o que alguien debería haberlo evitado, ese alguien fui yo.
No hice nada por evitarlo, dentro de mí sé que no hice lo necesario por haberlo evitado, y está claro que lo que pasó cambió su vida por completo en todos los ámbitos. Yo realmente no lo conocía bien, tan sólo pasaba por mi lado, puede parecer que la tomara con él pero no fue nada personal, tan sólo una víctima circunstancial, alguien a quien la suerte no le acompañaba ese día, ni otros muchos dada su vida. Ahora me lamento, después de haberme reído de su desgracia, me siento deplorable por ello, porque a parte de haberlo hecho, no rías, no sigas con la broma. A partir de este suceso creo que su vida cambió, aparte de las que nos rodeaban a ambos. Como siempre, hay grupos, lazos que te unen con los demás, y yo los rompí con un gran cuchillo de un filo infinito, capaz de cortar el nitruro bórico de wurtzita, me recriminaron lo que hice, y quise asumir cualquier castigo que me hubieran impuesto, pero el mayor castigo fue descubrir la clase de persona en la que me convertí ese día, por haberlo hecho, lo siento.