lunes, 4 de julio de 2011

Una plácida noche de verano desde mi ventana

Una plácida noche de verano como esta, desde mi ventana veo otro edificio, no soy el afortunado que vive en un apacible sitio con vistas al mar o a alguna arboleda grande y perfumada, puedo oler la calle, el calor que ahora desprende el asfalto después de aguantar mas de 30 º por el día, escucho a gente que viene de ponerse borracho, si van en grupo van a un ritmo sin pausas, a lo que sus cansados pies les permiten, una velocidad prudente, pero si van solos mi calle les aterra, van con el paso acelerado, el ritmo cardíaco les aumenta y creen que todo es más oscuro, escucho a unos nuevos vecinos estupendos que nunca tienen nada que hacer, o eso parece, porque tan sólo escucho música sin ningun tipo de valor para mí o películas a un volumen algo por encima de lo normal para ser tan de noche, miro al cielo y está poblado de estrellas, que tan sólo puedes ver con tu vista periférica, si miras directamente, no puedes ver nada, aun no se porqué, los gatos andan sigilosamente de coche a coche, por debajo, buscando un refugio para dormir, o algo que comer, cuando todo se vuelve silencioso, puedo escuchar mi respiración y los relojes que hay en casa, no son antiguos, pero las manecillas se vuelven en ese momento, dueñas del silencio.

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